martes, 2 de diciembre de 2014

Asesinatos en México: para reflexionar



Marta Galleguillos*

Igual que los niños, me pregunto ¿por qué ocurre la violencia y muerte de tantos jóvenes en México? ¿Qué sociedad estamos construyendo? Por qué surge el consumo y tráfico de drogas, el afán de poder, la búsqueda de placer a costa de los demás, la falta de tantos valores humanos y divinos.

Se supone que la sociedad avanza, los descubrimientos son cada vez más, la tecnología cambia y crece vertiginosamente, pero el ser humano se pierde e involuciona para erguirse como Rey de la autonomía y libertad de criterio, mente abierta y desarrollado, cuando en realidad lo que hace es rendirse a sus pasiones, consumismo. obsesiones y deseos de éxito, muchas veces egoístamente sin pensar en valorar la vida. Lo práctico e indoloro es “ lo que la lleva” . El esfuerzo y la honestidad son para los tontos y representan el camino largo que no todos están dispuestos a recorrer o ni siquiera lo conocen. Así, la corrupción golpea las puertas y nosotros la dejamos entrar cada vez que
relativizamos los valores fundamentales.

Todos quieren marchar para dar a conocer su voz, pero muchas veces es una pugna de creencias y manifiestos que tratan de imponerse frente al otro. El respeto como valor fundamental se va perdiendo. Así otros tantos valores como el defender la vida, ser pacífico, ser honesto, ser educados, tener cortesía, etc., se pierden en el infinito.

Recordemos la noticia de la niña que le tira un vaso de agua a la cara a una ministra de Educación en Chile. En la oportunidad existió un sector que la justificó, la comprendió y la entendió y la apoyó en su actitud. Entonces, desde ahí ya estamos mal como sociedad. No podemos ceder ante la mala educación, la falta de respeto. Nuestro deber es con nuestros hijos y alumnos. Se pretende eliminar la enseñanza cristiana para los niños y jóvenes como si fuera quitarles la libertad en una formación en valores. Y entonces, tenemos sociedades que se auto eliminan. ¿Hacia dónde vamos nosotros? Sin educar en virtudes y valores no estamos tratando el tema real de la educación para formar seres humanos íntegros y quedamos solo en la instrucción o adquisición de conocimientos y habilidades pero siendo muy competentes. El problema macro de la sociedad es otro tema que se nos escapa de las manos a los profesores. ¿Qué hacer?

Un profesor chileno, normalista, me ha llevado a esta reflexión al leer hoy su carta. La comparto con ustedes como testimonio de lo que nos está pasando:

“Estimados Compañeros Normalistas:

Les saludo con afecto para comentar que soy un profesor normalista de la generación 68 de la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez, que resido en México desde hace 39 años, trabajando en la educación.

Quiero comentar como cristiano, como padre y como profesor, que me duele profundamente el dolor de los padres de familias de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, en Iguala, estado de Guerrero, México, por la pérdida sensible de sus hijos, jóvenes normalistas, la mayoría hijos de humildes campesinos, esperanza de sus familias y de sus comunidades.

No puedo dejar de horrorizarme por la circunstancia indigna y miserable, exenta totalmente del aprecio por la dignidad de la persona humana, conque fueron abatidos por ejercer su derecho a emitir su protesta y buscar la justicia. He llorado frente a mi televisor viendo una entrevista a uno de los padres de familia, un humilde campesino, que no puede entender que un joven sano, noble, generoso y con ideales no regresa a su hogar, todavía su corazón de padre es sostenido por la esperanza de que su hijo regrese el viernes por la tarde, (aunque las evidencias del cruel asesinato son públicas) como lo hacía todos los fines de semana para estar con ellos, ayudarles en la faena el sábado y jugar al fútbol el domingo con sus amigos de siempre.

Pienso que este crimen no merece ser usado con fines espurios políticos o ideológicos, hoy ha fallado una sociedad, sus dirigentes y todos los que somos parte de un mundo que se permite infamias de esta dimensión.

El pueblo de México es un pueblo noble y generoso, que no merece este dolor, es un pueblo que llora en todos los niveles de su sociedad, en los hogares mexicanos, en la iglesia, en la calle, son días grises. Sin duda que nuestra conciencia nos dicta exigir justicia y también desde la trinchera de cada quien construir espacios de paz, de convivencia y solidaridad. Este hecho lamentable es un hito histórico, que nos dicta: ¡Levantémonos! No debimos caer tan bajo en la indiferencia y el egoísmo ¡Nunca más!

Un abrazo afectuoso

Lic. Julio Fernández Paz
Programa Formación de formadores
ICIF”
Universidad Anáhuac


*Profesora Ped. Educación Musical
Licenciada en Educación. Educadora de Párvulos, mención Educación Musical, UMCE
Diplomada en desarrollo de proyectos de innovación tecnológica, Pontificia Universidad Católica de Chile., UMCE

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