lunes, 12 de enero de 2015

La terapia floral de Bach


Cristina Valdivia*


Las Flores de Bach, son una terapia floral desarrollada por el doctor inglés Edward Bach entre 1926 y 1936, quien fue un connotado médico, que centró su carrera profesional en el campo de la inmunología y bacteriología, en donde descubrió vacunas que en ese momento contribuyeron de manera eficaz al tratamiento de enfermedades crónicas. También, se desempeñó en el área de la homeopatía, donde transformó vacunas inyectables en gotas orales.

En septiembre de 1928, durante un viaje a Gales, descubrió el primero de los 38 remedios florales. Entre 1931 y 1932 descubrió los últimos tres reme-dios de la serie original de los 12 remedios florales y publicó su primer folleto. Entre 1933 a 1934, Bach descubrió cuatro remedios más en Cromer, Inglaterra, llegando, finalmente, a proponer los 38 remedios florales que conocemos en la actualidad.

Dentro de la obra del Dr. Bach, se percibe una mirada filosófica de fondo, donde están presentes las conceptualizaciones de algunos pensadores como Aristóteles y Goethe. También, se considera la dimensión psicológica del ser humano, respecto a la facultad sanadora de las esencias florales.

En la propuesta terapéutica del Dr. Bach, destaca el contenido ético de su obra filosófica, lo cual queda en evidencia en los cinco principios que sustentan su obra y en los cuales los conceptos de “enfermedad” y “salud” son resignificados, planteándose la existencia de un hilo conductor que permite pasar de un estado al otro, siendo este la toma de conciencia.

Los cinco principios del doctor Bach son los siguientes:

1. Existe una polaridad básica inherente a la naturaleza del ser humano: el alma y la personalidad. El alma es entendida como lo permanente, lo inmortal, trascendente y representa todo el potencial que puede llegar a ser una persona; la personalidad es lo perecedero, lo transitorio y que se encuentra representada por el cuerpo. Es así como el alma requiere de la personalidad para realizar su aprendizaje, puesto que es aquella que le sirve de sostén material en la vida.

2. El Dr. Bach propone un sentido de vida (tema capital de la ética), enfocado en un sentido de desarrollo y evolución integral del ser humano. Las circunstancias y experiencias que vive la persona no serían al azar, sino que sería esta parte atemporal e inconsciente la que, conociendo qué tipo de tarea debe aprender esta persona, lo hace exponerse a determinadas experiencias para que pueda lograr dicho fin. Esto no implicaría un aprendizaje seguro, sino que tiene la oportunidad para hacerlo.

3. La vida es concebida como un proceso, la cual la persona debe vivir para desarrollarse en una dimensión casi atemporal (abordar el ayer como hoy, el mañana como hoy, el ayer como futuro). La vida sería un proceso de construcción que va mucho más allá de hoy, aludiendo a un continuo aprendizaje.

4. La salud es entendida como la armonía, en cambio, la enfermedad como una desarmonía psicoafectiva. Esto es visto como la existencia de un desconocimiento por parte de la persona de la emoción que está vivenciando, es decir, se disocia cognición de emoción, evadiéndose el aprendizaje, lo cual generaría un conflicto interno que sería proyectado a través de una enfermedad y de la infelicidad. De esta manera, podemos ver que el concepto de enfermedad y el de salud se enmarcan bajo una mirada clínica, holística y ontológica.

5. La unidad de todas las cosas se encuentra en el amor y todas las personas y cosas están relacionadas, influyéndose constantemente en su evolución por ser complementarias. De esta manera, el otro afecta el desarrollo de un ser humano, puesto que ambos se van acompañando en su proceso de aprendizaje y, a su vez, afectándose mutuamente en la toma de conciencia.

Frente a lo anterior, el Dr. Bach propone para el tratamiento de la enfermedad de las personas, un esclarecimiento del sentido de vida, el cual se realizaría a través del proceso de toma de conciencia, alivio del dolor, introvisión, individuación y al proporcionar, a través de las esencias florales, parte de la ayuda para que puedan llegar a lograrlo.

La terapia floral del doctor Bach consiste en treinta y ocho remedios florales, esencias que tendrían la particularidad de ser energéticas e inocuas, ya que no presentarían efectos secundarios en la persona, sino que producirían la movilización del mundo emocional, la captación de información externa e interna que se desconoce, la aparición de sentimientos que hasta ese momento no se conocían, entre otros.

Para fundamentar lo anterior, Bach considera la flor como el órgano reproductor del
mundo vegetal que concentra la máxima potencialidad de las plantas y los árboles, planteando que las cualidades organolépticas de las flores (olor, color, sabor), su anatomía, el momento del año en que florecen, la hora en que se abren y se cierran, la velocidad con que lo hacen, las características generales de la planta y el árbol, el clima y el suelo donde crecen, constituyen características
anatómicas y fisiológicas que guardan una relación con la conducta y con la estructura de la personalidad humana. Esta relación que se establece entre las flores y la conducta de las personas, los asocia con arquetipos de personalidad.

Esta visión es heredada desde la homeopatía por el Dr. Bach, siendo ambos métodos de carácter holístico, lo que implica que al decidir un tratamiento se tiene en cuenta a la persona en conjunto, tanto como a la enfermedad o el problema específico. Además, el doctor Bach transmite a la terapia floral, desde su formación como homeópata, el método de preparación de las esencias florales, debido a que los medicamentos que se utilizan en homeopatía consisten en pequeñas dosis de sustancias naturales, que al igual que en la terapia floral, serían extraídas de plantas, entre otras.

El principio bajo el cual se fundamenta el uso de las esencias florales, es que el estado emocional negativo agota la vitalidad del cuerpo físico, debilitando las defensas y volviéndolo vulnerable a la enfermedad e infecciones, generando desequilibrio. Por lo tanto, la cualidad vibracional de la flor, que constituye su cuerpo energético, puede ser transferida a otro ser vivo por resonancia vibracional, lo cual él podrá integrar y lo que producirá en él una armonización energética. Por tanto, solo actuaría la esencia floral que tuviera congruencia con el receptor, es decir, que respondiera al estado emocional de este, por lo que si se ocupara una esencia equivocada, no se produciría ningún efecto.

Las razones para la utilización de cada uno de los 38 remedios florales de Bach, fueron divididos en 7 epígrafes:

1. Para el temor: Rock Rose, Mimulus, Cherry Plum, Aspen, Red Chestnut.
2. Para la incertidumbre: Cerato, Scle-ranthus, Genciana, Gorse, Hornbe-am, Wild Oat.
3. Para los que no sienten suficiente interés por sus circunstancias pre-sentes: Clematis, Honeysuckle, Wild Rose, Olive, White Chestnut, Mus-tard, Chestnut Bud.
4. Para la soledad: Water Violet, Impa-tiens, Heather.
5. Para los excesivamente sensibles a influencias y opiniones: Agrimony, Centaury, Walnut, Holly.
6. Para el desaliento o la desespera-ción: Larch, Pine, Elm, Sweet Chestnut, Star of Bethlehem, Wi-llow, Oak, Crab Apple.
7. Para la preocupación excesiva por el bienestar de los demás: Chicory, Vervain, Vine, Beech, Rock Water.

Por tanto, como podemos observar, para el Dr. Bach la causa real de la enfermedad es el estado mental del paciente, no su condición física:

“La enfermedad es el resultado de una forma errónea de pensar y actuar, y des-aparecerá cuando la pongamos en orden. Cuando la lección del dolor, el sufrimiento y el pesar esté aprendida, la
enfermedad desaparecerá automáticamente porque ya no tendrá sentido su presencia”. (1)

Por lo tanto, y en palabras de Bach: “La salud existe cuando hay armonía perfecta entre el alma, la mente y el cuerpo; y esta armonía, solo esta armonía, es lo único que debe ser obtenido para lograr la curación”.(2)

Citas:
1. Bach, E. (1931). Somos los culpables de nuestros sufrimientos. En Barnard, J. (Ed.) (2013) Op. Cit. p. 147.
2. Bach, E. (1931). Somos los culpables de nuestros sufrimientos. En Barnard, J. (Ed.) (2013) Op. Cit. p. 153.

BIBLIOGRAFÍA

Barnard, J. (Ed.) (2013) Obras completas del doctor Edward Bach. Bar-celona: Ed. Océano.

Cid, L. (2008). La terapia floral de Ed-ward Bach, una herramienta coadyuvante para la terapia psicológica. “Memoria para optar al título de psicólogo”. Universidad de Chile, Santiago, Chile.
www.floresdebach.info/quien-fue-dr-bach.htm Visitada el 21 de agosto de 2014, a las 12:15 horas.



*Magister en Literatura, PUC
Profesora de Castellano, PUC
Licenciada en Literatura, U. de Chile
Profesora Facultad de Educación

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