miércoles, 14 de enero de 2015

Mi intercambio


Ainhoa Ancizu Oscoz*




Todo comenzó como un sueño, una aventura que llevaba mucho tiempo queriendo emprender. Debo confesar que al principio estaba muy nerviosa y emocionada, pero también sentía un poco de miedo e intriga por lo que me depararía en estos cinco meses alejada de mi gente, de mi tierra.

Ahora, cuando esta aventura está a punto de acabar, miro hacia atrás y puedo decir que, sin ninguna duda, realizar este intercambio ha sido la mejor experiencia de mi vida.

Gracias a este viaje he descubierto un país increíble con paisajes y lugares mágicos. He podido conocer una nueva cultura, una nueva gastronomía y nuevas formas de vida.

Pero no solo he conocido nuevos lugares, sino que también he podido conocerme un poco más a mí misma. Durante estos meses me he tenido que enfrentar a miedos y temores, he tenido que asumir nuevas responsabilidades, he vivido situaciones en las que jamás había estado y todo eso ha hecho que conozca partes de mí que desconocía.

Y es que este viaje ha sido un constante aprendizaje. He aprendido mucho a nivel académico, pero sobre todo a nivel personal. Realizar este intercambio me ha ayudado a abrir mi mente, a valorar la variedad, a apreciar las pequeñas cosas de la vida, a dar lo mejor de mí día a día, a enriquecerme como persona.

Pero, sin duda, lo mejor y lo que ha hecho que esta experiencia haya sido inolvidable han sido las personas que he conocido durante esta andadura. He tenido la suerte de conocer personas maravillosas de todas las partes del mundo. Personas que me han enseñado mu-chas cosas, con las que he compartido nuevas experiencias y he vivido momentos inolvidables.

En definitiva, gracias a este intercambio me he dado cuenta de que las mejores cosas de la vida no son cosas. Son momentos, son personas, son experiencias y vivencias y de todo eso me llevo cargada la mochila de regreso a mi país.


*Alumna de intercambio

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